Presentación Grupo Casa Azul Rancagua


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domingo, 2 de agosto de 2009

José Luis Cuevas, el dibujo polemizante.


José Luis Cuevas:

Hablar de José Luis Cuevas es contemplar los cambios suscitados en el transcurso de la historia del arte latinoamericano, es además revisar hechos acaecidos en momentos turbulentos; que ciertamente ocurren tanto en su país México como a lo largo y ancho del continente. Contemplar a los lineamientos políticos y cuestionar su ingreso en el arte considerando el sentido estético, es en el caso de Cuevas: sumergirse en colores obscuros y fríos, que refleja la vida oculta de la sociedad y sus hechos.

El contexto social de José Luis Cuevas, nos da muchos indicios de cual será su crítica en sus período de juventud. Encontramos que la tradición que posee México con el arte está centrada en el muralismo, el desprecio de la pintura de caballete y la politización del arte como algo absoluto y único. Esto se ha enquistado y eternizado en la estética de pintores como Rivera, Orozco, Sequeiros y posteriormente en Tamayo. De este modo, José Luis Cuevas pasa a ser un referente importante en contraste con el muralismo nacionalista mexicano. Ante esto verémos una beligerante crítica, de un lado como de otro; sin embargo recibirá apoyo de destacados críticos de arte como José Gómez Sicre, Marta Traba y del poeta Octavio Paz.

Para una escritora y crítica de arte como Marta Traba, un dibujante como Cuevas tiene una relevancia importantísima; son sus dibujos lo que se rescata de los momentos pobres que vive al arte latinoamericano frente a la estética del deterioro, que se vive entre los años 50 y los 70, según Traba. Vemos que José Luis Cuevas, ha sido uno de los pocos que ha iniciado una búsqueda individual como artista, por eso recibe los honores de Traba, ella nos dice: ‹‹Cuevas ha sido, durante diez años, el mejor dibujante del continente y uno de los mejores del mundo.››(1) Tenemos aquí en consideración a una figura que se desmarca de que ha dominado la escena artística por casi treinta años, que son los muralistas mexicanos. Cabe destacar el peso que tiene Cuevas en la mente y las apreciaciones estéticas de Traba, incluso ella lo incluyó como uno de sus cuatro artistas importantes para elaborar un texto llamado “Los cuatro Monstruos Cardinales”(Bacon, José Luis Cuevas, De Kooning, Dubuffet); los cuales se dedicaron al horror y a la desfiguración de sus obras. Según Traba, a José Luis Cuevas se lo ha considerado dentro de la neofiguración, la que bosqueja frecuentemente los dibujos con figuras humanas llegando hasta la deformidad monstruosa. Pero también con mayor énfasis a Cuevas se le considerará su obra como una nueva propuesta artística denominada “el interiorismo”; la cual ataca el arte abstracto y se contrapone a este. Desde este punto de vista es una nueva propuesta de reivindicación de la persona humana en el arte.
Una de las importancias centrales que tiene Cuevas como artista es el de la polémica ácida, lo que ha recibido apoyo y desagrado por sus pares, algunos lo acusan se ser demasiado narcisista al autorretratarse, con una excesiva relevancia a sí mismo que le ha dado en sus obras, además encontramos opiniones como la cual afirma que se le ha sobrevalorado como artista, entre otras.

Área temática:

Vemos que una de la temática central en sus obras es él mismo, usa máscaras incesantes de sí, se auto-asombra de seguir siendo él, sin que cese esa fluidez de personalidad. Una verdad involuntaria es lo que encontramos en Cuevas, pues recarga su obra sobre sí, lleva su propia cruz, eso es lo que quiere transmitirnos, es el rito del espejo perpetuo, un absurdo constante, es el dinamismo de esa dualidad de sí mismo. No es algún otro, no puede colocarse fuera de sí, más bien sigue viviendo en la totalidad intrascendente, es ese infierno que tiene que vivir, sólo le queda mirarse en el espejo, en el cual sólo ve su imagen. Entonces como venganza se autorretrata, pero desfigurándose de forma horripilante. En una entrevista afirmó que: ‹‹El espejo no siempre implica vanidad, sobre todo –como en mi caso- cuando hay un detalle que investigar en el propio rostro, son huellas del tiempo. Solo me miro cuando tengo sobre mis piernas la libreta de dibujo. Si entro en un sitio donde hay un espejo procuro no observarme. Pero mirarme es parte de mi trabajo.›› (2) Pero también, conforme pase el tiempo se añadirán nuevos elementos a sus obras, que son recuerdos de niñez del artista u otras realidades que están ocultas por la sociedad que le toca vivir, nos dice: ‹‹Mi obra se divide en cuatro temas obsesivos: enfermedad, carne, prostitución y despotismo››(3) De este modo, la temática se amplía e incluye la marginalidad misma, no como un análisis sociológico-político sino a partir de el existencialismo sartreano y la miseria humana, dolor, angustia, nausea.
El absurdo:

El absurdo en la obra de Cuevas parte del contenido que pretende reflejar en sus dibujos, se manifiesta a través del espejo, que es como dije anteriormente, es la incapacidad de salirse de sí mismo como una autocondena; ese espejo que arrastra en la vida, el verse a sí mismo y no ser algún otro. La soledad de sí es relevante en la creación de sus obras, ante este solipcismo él ejecuta una venganza, que lo lleva a deformar los autorretratos que presenta; y además al no finalizar sus dibujos refleja el anti-finalismo del absurdo, como algo a medias elaborado pero con una intencionalidad, sin líneas que entreguen el toque final de la obra, etc. Eso no considerado o que provoca la extrañeza que suscita, sale de nuestros parámetros lógicos, los cuales arrastramos con nosotros al contemplar una obra y nos cierra a otras posibilidades.

Movimiento e inseguridad:

El movimiento que ha generado Cuevas, es por su falta de definición y del devenir, fragmentos que nunca acaban, líneas que traza en la constancia y el temblor que se da en la deformación que queda en la periferia del dibujo, sin cerrar la figura sino que se expande a través del espacio circundante. Aquí la movilidad es entrar en un dinamismo constante y hacia la difuminación de la línea.

Esa inseguridad que nos muestra la obra, en sus figuras y contenidos, indica el pavor de la muerte prematura, ante esto puede que el modo de contrarrestar esa tragedia es plasmar a través del arte del dibujo esa fragilidad que se presenta en el día a día. La existencia concreta del hombre provoca la confrontación del devenir que se impone. A partir de si mismo, se ofrece ante las hojas blancas el reflejo de los cortes que ha sufrido el alma a través de la historia que se ha vivido. La belleza como una apariencia externa agradable es cambiada por un cuerpo destrozado, plasmada en el dibujo, horriblemente expresada; de la cual vemos que se les ha amputado las extremidades de su cuerpo, que en mi lectura es el alma misma y sus experiencias, no está el hombre completo, en su integridad, más bien encontramos a un hombre fragmentado, adolorido y falto de entereza ética.

Su modo de dibujar no es la de encontrar la totalidad, ni la simetría, sino que la deformación y el pliegue intuitivo y superficial, en resumen líneas rápidas y abiertas, y en colores sobrios y fríos. Eso le entrega al dibujo una sensación dramática, sombría y lúgubre, que está en la memoria del artista, eso es lo que pretende conseguir reflejar la obra de Cuevas.
El dibujo y su relevancia

El dibujo como arte ha quedado en el olvido, dejada como elemento del proceso de la ejecución de la obra de pintura a través de la historia del arte la presentación contempladora de una obra ya terminada, pasa por ese motivo a ser irrelevante. Ahora vemos que José Luis Cuevas le entrega al dibujo un lugar predominante, y no como un mero elemento accesorio que representa una obra incompleta. Estos novedosos planteamientos, que se extienden en una nueva historia, una renovación no sólo de contenidos sino que de herramientas expresivas, ahora con Cuevas y sus dibujos en exposiciones internacionales no predomina el pincel sino el lápiz. La repercusión de este nuevo paradigma será la fortaleza y fuerza que incitará a la frescura de propuestas creativas en el arte, se afirma: ‹‹Al comunicarse, desde 1954, a través del dibujo, Cuevas procede sin proponérselo al bloque de artistas jóvenes que, en 1970, harán del dibujo una bandera y consigna de rescate de la personalidad perdida››(4). Esta personalidad perdida la encontramos, en la importancia del individuo en la obra de arte, contra el arte abstracto que sigue un arte fundamentado en Kandinsky, en especial los expresionistas abstractos, que posteriormente lo vulgar del pop reaccionará radicalmente en contra ella, ya que daba para cualquier cosa.

Confrontación con los muralistas mexicanos:

Nos encontramos con cambios drásticos en la expresividad estética de jóvenes artistas mexicanos, que brotan con un arte distinto, capaces de dar un giro novedoso y un movimiento fuera de la tradición que estaba en la cúpula dotados de la autoridad para dirimir entre lo que se debe ser considerado arte y lo que no.

La polémica que encienden los nuevos artistas como Cuevas, se muestra en un manifiesto llamado la Cortina de Nopal, publicado en el suplemento México de la cultura del periódico Novedades entre 1957 y 1959, donde se da a conocer su ideario estético y la libertad que expresión temática que quieren tener los artistas jóvenes mexicanos. Además en una obra de arte llamado el “Mural Efímero” de 1967, Cuevas entra a criticar el excesivo nacionalismo y politización del arte con la sátira que implica un mural que pueda durar el menor tiempo posible; según como lo desean sus opositores, la Escuela Mexicana de Pintura, que pretende descalificar la obra a partir de las opiniones vertidas. Cito las palabras del propio José Luis Cuevas, las cuales considero relevantes, conforme a la ironía de su obra:

‹‹Abril 7. Llamo por teléfono a Ricardo Martínez, le cuento de Nueva York y le comunico mi proyecto del mural. No le gusta nada. Comentamos que en una entrevista Siqueiros habla de sus murales, los más grandes del mundo, que está pintando en Cuernavaca y que se instalarán en un hotel que pertenece al español Suárez. Siqueiros ha declarado que su obra resistirá el paso del tiempo por los materiales que emplea.

Abril 9. Como Siqueiros ha dicho que su obra resistirá el paso del tiempo se me ocurre que mi mural debe llamarse “efímero”. Sólo existirá durante un mes y después será destruido. ¿No es acaso un acto de modestia frente a la soberbia de Siqueiros? Él habla también de un arte público, una obra hecha para ser admirada por las masas. Mi mural efímero debo planearlo para que sea visto por las multitudes.
Mayo 29…El mural estará instalado en una azotea de Génova y Londres en la por mí llamada Zona Rosa.

Junio 12. Para quitarme lo “payaso”, dice un periódico, varios pintores mexicanistas apresurarán la destrucción del mural que cada día atrae mayor número de espectadores. Quieren, los mexicanistas, hacer más efímero el mural de lo que tengo proyectado. El tema del mural surgió en el momento de su ejecución. Lo digo hoy en una entrevista. Actué como periodista. Es una alusión a la defensa del heroico pueblo de Israel.››(5)

Así, y con esta burla que estampa Cuevas pasa a ser él, parte de la “generación de la ruptura”, atacando fuertemente al muralismo mexicano; vemos que elige un camino distinto a los hermanos de su patria, una apreciación no política, el dibujo. Sin embargo hay una continuaidad en lo que se refiere al arte mexicano, que nació de los dibujos de Orozco, y del aporte de la generación Felquérez, Carrillo y Von Gunten aceptó la sombra “climática” de Tamayo. Entonces vemos, que los cambios sí tienen su cuota de continuidad que se mantienen a pesar de la ruptura que se ejecuto de un período a otro.
Conclusión:

En definitiva, la obra de Cuevas es el resultado de cambios generacionales que están sujetas al tiempo, al juego de contradicciones que surgen de posturas homogéneas y estáticas; del estancamiento del arte, se ve necesaria la experimentación; lo que pesa son los costos, el temor al fracaso, pero el artista debe arriesgarse en esa tarea, logrando frescas obras, capaces de reflejar la apariencia necesaria para la vida, desligada de las solicitudes del poder que se impone, que no entrega opciones y vive por mantenerse eternamente erigida.
NOTAS:

(1) Dos décadas vulnerables en las artes plásticas latinoamericanas (1950-1970). Pág. 128
(2) La luz de México. Entrevistas con pintores y fotógrafos. Pág. 211-212
(3) Ibíd. Pág. 203
(4) Dos décadas vulnerables en las artes plásticas latinoamericanas (1950-1970). Pág. 130
(5) http://www.letraslibres.com/index.php?art=5671

BIBLIOGRAFÍA

MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES: Exposición “José Luis Cuevas Obra Reciente” Santiago: Diseño y diagramación, 1994

PACHECO. Cristina: La luz de México. Entrevistas con pintores y fotógrafos. México D.F: Fondo de cultura económica, 1988

TRABA, Marta: Dos décadas vulnerables en las artes plásticas latinoamericanas (1950- 1970).1ra edición. Buenos Aires: Siglo XXI Editores, 2005

TRABA, Marta: Los cuatro monstruos cardinales. México D.F: Ediciones Era, 1965

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